En primer lugar debemos tener bien claro que aprender el lenguaje de signos significa aprender una nueva lengua.
Seguramente recordaréis que es un aprendizaje que requiere tiempo. Tiempo y contacto constante con los usuarios de esa nueva lengua que se está aprendiendo. Pues bien, con el lenguaje de signos sucede exactamente lo mismo, aunque tiene una peculiaridad que no hay que olvidar: esta nueva lengua que queremos aprender/enseñar es un lenguaje visual-gestual, diferente de todos los idiomas que hemos conocido hasta ahora y que eran auditivo-orales.
Esta peculiaridad tiene sus implicaciones:
- La atención auditiva que se presta habitualmente para captar la pronunciación del nuevo idioma ahora se tornará en atención visual.
- La memoria auditiva que igualmente se pone en juego deberá ser memoria visual.
- Todos los problemas de pronunciación, entonación y acentuación se vuelven ahora aspectos de expresión facial, corporal y agilidad manual.
Para más información, puedes ponerte en contacto con nosotros a través del teléfono 631371207 o si lo prefieres, puedes inscribirte:
Construyamos algo juntos.