En consulta, lo más frecuente es encontrarse con pacientes que sienten mucho malestar causado por este tipo de pensamientos.
Pero, ¿qué son los pensamientos automáticos?
Los pensamientos automáticos son aquellos que surgen en forma espontánea, son muy breves y hasta pueden no reconocerse. En general, suelen ser mensajes de una frase corta que invade nuestro diálogo interno, y que pueden tomar la apariencia de recuerdos, suposiciones o autorreproches. Por ejemplo, pensamientos negativos sobre uno mísmo o sobre algún peligro («seguro que esa persona no me hace caso», «que mal lo estoy haciendo»).
En la gran mayoría de las veces, estos pensamientos hacen que tengamos una excesiva preocupación derivando en un gran malestar, incluso, nos impiden ver con claridad lo que está pasando a nuestro alrededor.
Cada vez se va haciendo más y más grande, ocupando mucho más espacio en nuestra mente del que debería.
Todas estas preocupaciones vienen derivadas de cosas por las que sufrimos (seguramente hayas dicho varias veces al día «por si acaso» «debería» «tengo que…», etc.), es decir, de todo lo que nos preocupa, la probabilidad de que pase en realidad es muy pequeña y si lo comparamos con lo que realmente termina pasando es algo tan efímero que no cabía la posibilidad de plantearla o que no tiene nada que ver con lo que en un principio habíamos pensado.
¿Cómo puedo manejarlos?
- Anota la situación, emoción y pensamiento.
- Identifica los pensamientos recurrentes.
- Evalúa el grado de realismo.
- Sustituye los pensamientos negativos por otros más adaptativos.
- Haz pruebas de realidad.
Y a ti, ¿te ha pasado alguna vez?