Deterioro cognitivo

Conforme nos hacemos mayores empezamos anotar como nuestra agilidad y algunas de nuestras funciones cognitivas se ven afectadas, empiezan a aparecer las primeras dificultades en memoria, en no encontrar aquella palabra que estaba buscando, empiezan a aumentar los despistes, etc. Aunque muchas de estas señales son producto de nuestro envejecimiento es importante saber diferenciar cuando estamos ante la presencia de alguna demencia en su fase inicial o de un deterioro cognitivo leve.

¿Cuáles son esas señales que nos indican que estamos ante la presencia de un deterioro cognitivo leve o en una fase inicial de demencia?

1. Dificultad para orientarse.
2. Pérdidas de memoria.
3. Enlentecimiento para procesar información de manera automática.
4. Deterioro en las actividades básicas, instrumentales y avanzadas de la vida diaria.
5. Problemas en el lenguaje.
6. Alteraciones en el sueño y en la conducta.
7. Apatía.

Como prioridad es hacer un diagnóstico precoz cuando la persona empieza a tener los primeros síntomas de deterioro. Una vez realizado el diagnóstico, se diseña un plan de intervención basado en la persona con el objetivo de enlentecer el deterioro y mantener una mejor funcionalidad ganando calidad de vida en la persona el mayor tiempo posible.

¿Qué terapias son las más conocidas para el deterioro cognitivo?

Las terapias más conocidas son la terapia farmacológica y y la terapia no farmacológica. Dentro de la terapia no farmacológica, la que más aval científico tienen son aquellas encaminadas a la Estimulación Cognitiva y el mantenimiento funcional. Estas terapias son las encargadas de enlentecer el deterioro y hacer que estas personas tengan mayor calidad de vida.